Tanto, tan poco y sobró.

Te quise.
Te quise tanto y tan poco.
La vida, los encantos de dos cuerpos mutilados,
los sentimientos, pendencieros, construyeron cimientos de hielo y cieno.
Auroras de miedo,
por bandera las suplicas de una mujer muerta,
eslabones de cadena carcelaria, condena de mujer maltratada.
Te quise tanto y tan poco que caricias y besos eran golpes, alagos piadosos a mis ojos,
lo divino del destino marchito por dos puños y un cariño,
el despojo de un rostro, hoy un ojo, mañana un brazo cojo.
Hastiada de labios remendados, de ojos morados, de la angustia del colapso emocional,
del suspiro en un rincón clamando perdón.
Abrazo mi vientre, el feto que con un hacha rompió mi espalda, quizás tus manos,
perdí la vida,
un nicho con nombre de niño.
Muerta te miro hasta el fondo,
te odié tanto y tan poco,
nado entre los brazos del loco.

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